miércoles, 3 de marzo de 2010

En la noche...


A veces, escucho en la noche tu nombre,
severo y fuerte,
como el tono de una caricia propiciada en el desastre.

A veces, en la noche,
escucho que tus caricias me describen trayectorias inminentes:
pesadas palabras que definen mis pasiones...
mordidas y mordidas,
dedos entre sábanas y labios que delimitan los actos...
en las noches...
en las sábanas...

De vez en vez, me despierto solo y volteo a mi ventana pensando que eres la luna.
De vez en vez me revuelco en mi ansiedad...
en la noche...
en la luna...

En lo oscuro de mis sueños, con Morfeo, viajamos vagos en un mundo sin escondites,
vivimos en un mismo techo y compartimos nuestra comida.
En mis sueños, comulgamos cotidianos y paseamos por aquí y allá:
por mis sueños y en los actos.

En la luna, que eres tu algunas veces, me encuentro acostado en su polvo cósmico,
sabio y profundo, como tu mirada,
eterno y lejano, como tu alma,
pesado y viajero, como nuestros deseos,
voraces e inciertos, como nuestros destinos..
en mis sueños...
en la noche...
con la luna...

Cometo desdenes en lo nocturno de mis sábanas,
recuerdo tu nombre en mi aliento de remembranzas,
maldigo el cigarro, bendigo tu barba,
recuerdo tu piel, y duermo...
esta noche...
por la luna...
con tu aliento.