viernes, 15 de febrero de 2013

De dos tormentas que chocan



Alguna vez quise escribir acerca de lo nuestro, esa institución peculiar que aconteció sin pedirnos permiso, y por la cual sucedió que nos encontramos. Para describirla, planteaba el choque de dos tormentas en una bahía. ¿Qué habría podido pasar bajo esas hipótesis?

La actitud inquisitiva que me jacto de tener por naturaleza me forzó a contrastar la realidad y suponer escenarios sin sentido ni forma. Comencé una entrada no nata. Quizás ese escrito fue y ha sido el que durante más tiempo edité y al que mas correcciones hice. Al final, sólo me vino a la mente la imagen de dos galaxias chocando. Después de dos o tres años de empezar esa entrada, la borre y comencé esta en este blog. Al final creo que es el único lugar dónde puede estar: un cementerio con muchas lápidas sin epitafios. ¡Y es que de lejos siento tanta lástima! Pero no por ti o por mi, o por los dos que no hicimos más que esta breve historia tan patética y a la vez tan bella. El potencial, los sueños, las ganas, las formas... todo eclipsado de manera tan perfecta y esporádica. Al final, quedó solo como un idílico, el más bello idílico frustrado. Y sólo así podría haber sido. Sin alternativa a seguir, sin chance de respirar: abortado y masacrado cruelmente.

El choque de dos galaxias permite que en el centro del nuevo objeto se haga un agujero negro enorme, con características gravitacionales difíciles de comprender, y que como humanitos con sapiencia limitada, aún no comprendemos. Todo es teoría, fuerte teoría respaldada con observaciones. En eso tan peculiar que medio hicimos queda algo más fuerte que observaciones de lejos. Los hechos son claros y la historia se escribió consecuente a ellos.

Tu tomaste un camino y decidiste borrar el pasado. Quizás ese sea tu modus operandi. Morir para olvidar, nacer, crecer, volver a morir si se requiere. Morir cuantas veces sea necesario para poder dejar atrás personas y circunstancias. Morir como evasión a tus acciones, dedicatorias y palabras. Morir para enterrar tus sentimientos y decisiones  Morir para retractarte y tener permiso de tu moral para arrepentirte. Morir aunque mates. Al fin que ya pagaste tu parte con tu muerte. Morir como cobarde, escondiéndote y anteponiendo tu supuesta supervivencia con esa muerte. Buscando un lecho reconfortante como placebo, lecho de muerte y de vida, como el de tu madre al nacer. Piensas que te purificas con cada muerte que tienes. Experto en muertes, inmortal en lo que dure tu vida de humano, con tantas muertes que cuando mueras realmente no notarás la diferencia.

Y ahí encuentro la analogía entre las galaxias. Aquí, dos galaxias chocaron. Una muere y otra se transforma. De cierta forma, esa transformación también es una muerte, pero una sigue y otra no. La otra queda deshecha. La que queda transformada toma de la otra elementos para seguir. La destrozada, queda en pequeños remanentes regados en el universo, vacío y frío, sin capacidad de poder estructurarse.

A algunos años de este choque bendigo mi juventud y maldigo mi inexperiencia. Ese choque tan tempestuoso, natural entre nosotros y los de nuestra personalidad, me dejó hecho añicos. Y poco a poco, con catarsis y algunas cagadas más, he terminado de deconstruirme, lo que al final me ha permitido comenzar una vida nueva. ¿Será eso lo que tu llamas morir? ¿Ese juego tan lastimoso de tratar a la vida como una puta y renunciar a todo para luego "empezar de nuevo"?

 Espero que tú en tu lecho hayas encontrado confort para seguir adelante. El morbo y sólo el morbo de verte me ha permitido esbozar ideas de que estás bien. He renunciado a buscarte desde hace mucho tiempo. También a encontrarte, o a reconocerte. Es triste que en ese cementerio haya tantas lápidas sin epitafio, pero la tuya la ha adquirido con la frase "I have never wanted more".


 

miércoles, 22 de junio de 2011

De mi, oh amada, soledad.

Qué sería de mi, oh amada soledad,
si de tu pasos que retornan
retumbaran mis palabras
Y hacia un cielo infinito...

¡Que serían, si no mas que recuerdos
Esos momentos tan bellos
De impetuosa armonía,
En los ratos de apatía,
Que alimentan mis momentos.

¿En qué trémulas maravillas
acribilladas de estrellas,
Se tornarían mis días
Por tu incapáz existencia.

¿Entre dónde diablos estarías,
Si no en mi presente morboso,
Acurrucada en mi regazo?
Quizás recordando a otros...

Y que será de tu rastro
cuando encuentre yo muy triunfante
a quien decida ya hallarme
junto a su lado mi hombro.

miércoles, 11 de mayo de 2011

viernes, 19 de noviembre de 2010

Luto


La revolución ha terminado, ha fracasado. La realidad se impuso. Ganó el malo y perdió el bueno. La historia (en los actos) ha dado elementos suficientes para que podamos decir que la revolución ha sido disipada.

Se mataron a todos y cada uno de los héroes (y heroínas) que alguna vez tuvieron una voz y un liderazgo. Acabaron con todos y cada uno de los que se alzaron. En los escombros de las ciudades sublebadas queda solo el tétrico recuerdo de gritos y llantos de dolor y de pena, de amargura y frustración. Los muros y las paredes de todos los lugares (los que quedan) son sólo un bostezo amarrado al recóndito recuerdo de un ideal y una causa. Quizás ahora, entre el polvo y la sangre de estos pequeños lugares, quede acaso alguna pancarta medio quemada y llamando a la organización del pueblo. Todo indicio de victoria quedó resuelto en la muerte....

Ahora, ya no hay Estado ni forma alguna de gobierno. Todo se ha tornado en una inmediata necesidad de supervivencia, una primitiva manera de subsistencia generada por el choque tan inminente de dos fuerzas como las nuestras. No podría haber otro resultado en todo esto mas que la masacre y el genocidio como acto cotidiano. Había demasiada energía de los dos lados como para no generar una catástrofe de tal magnitud. De todas formas, un lado ganó, y al final, se ha quedado con el botín.

Así murió todo esto, en una batalla perdida, en un arrebato del destino que nos ha permitido encontrar una constante que se repite en la historia humana: la vileza de nuestra raza, la corrupción y la habilidad de corromperse, la violación, la imposición de"lo malo".

Quizás al final, todos sabríamos que esta historia acaba así, en la muerte (que no es lo malo), y quizás sea esa la constante que se repite en todo ciclo.

Aquí, y ahora, no queda nada de la revolución que algún día decidí alzarle al destino, y se que de alguna forma, en esta tragedia tan repetitiva y obvia, se quedan muchos de los deseos que tuve del mundo en algún momento.

La vida me enseña día con día, que muchos, casi todos mis deseos, se han quedado en eso. Tengo mi alma en paz, y creo que hice una lucha que desde el principio sabría que terminaría de esta forma.

Las revoluciones del alma, han quedado disueltas y en sus anhelos llevan impresas lo que para mi implicó el deseo de un mundo, de un universo. Me queda claro que ahora, el universo que acontece, se genera más de actos violentos e impuestos, que por deseos y anhelos....

!AMLA LED SENOICULOVER¡....

¡REVOLUCIONES DEL ALMA!

sábado, 6 de noviembre de 2010

Edén - La barranca



He construido al fin el templo que me pediste en medio del océano,
y he levantado una torre para escuchar cuando estés llamando.
He cosechado los frutos rojos y los corderos aguardan resignados,
pero el asunto de matar a Isaac, no soy Abraham y quisiera negociarlo...

Y sólo así cruzar las puertas del jardín del edén.
Y sólo así cruzar las puertas del jardín del edén.

Nos expulsaron del paraíso
Por un antojo tal vez irreflexivo
Y se supone que volveremos cuando
Dejemos de andar entre los vivos

Si estás pensando en la eternidad
Para empezar trata de estar sereno,
y compra un poco de protección
Aquí en la tierra como en el cielo.

Nadie sabe lo que pasara una vez que cruces el umbral.
Nadie sabe lo que pasara una vez que cruces el umbral.

Y mientras tanto vagamos solos por este mundo en busca de Respuestas:
¿Esta la tierra entre el cielo y el infierno o el cielo y el infierno están aquí en la tierra?
¿Tu cuerpo suave, tus labios rojos no son acaso el mismo paraíso?
Por eso ven a dormir conmigo y que nos despierten el día del juicio.


Y sólo así cruzar las puertas del jardín del edén.
Y sólo así cruzar las puertas del jardín del edén.

Nadie sabe lo que pasara una vez que cruces el umbral.
Nadie sabe lo que pasara una vez que cruces el umbral.


Y sólo así cruzar las puertas del jardín del edén.
Y sólo así cruzar las puertas del jardín del edén...

“….desdigo a Dios, porque al tenerte yo en vida, no necesito Ir al cielo”

viernes, 5 de noviembre de 2010

La Sacerdotiza de Jade




Sola y amargada, sabia y serena. Eterna. Así bajaba con cada paso las escaleras de la pirámide construída en su honor y representando a su madre primigenia. En sus delicadas pisadas dejaba ver sus pies por los pequeños huecos que sus sandalias tejidas mostraban. Su cara estaba cubierta por una máscara de jade con orificios para sus ojos y su nariz. Los labios eran de rubíes colocados con mucho cuidado, y en las puntas de sus carrillos se encontraban ocho perlas aglutinadas de tal forma que daban la impresión de ser la punta de sus mejillas. Su traje era liso y largo, como un lienzo que se mostraba casi transparente y de un color verde que dejaba ver su hermoso cuerpo de oscura, tersa, y firme piel. Y su pelo largo casi hasta los pies, como una cascada de oquedad, igual de negro y profundo que su mirada. ¿Y a quienes miraba?

La sacerdotisa de jade bajaba con su máscara y su lienzo. A cada paso daba una bendición a quienes le rendían culto y una maldición a quienes abusaban de su hechizo. Las danzas de quienes la esperaban, se escuchaban en todo el pequeño valle. Y ella, con su misteriosa cara y en la profundidad de sus ojos, permanecía en un trance tal que cada paso era un milagro. En la cima de la pirámide, el fuego era inmenso y provocado por el viento, una llama tal que desde lejos parecía un faro que iluminaba la región, y en la base, el rito comenzaba con el sonido estrepitoso del crujir de las ascuas.

En la piedra especialmente labrada, yacía un joven, que al igual que ella, portaba una máscara. La diferencia yacía en el material que, en el caso del mozuelo, era de un material tejido y le cubría toda la cara. El risado cabello del joven, que había sido largo durante un tiempo ya, era cortado, por los asistentes de la sacerdotiza. Desnudo y sosegado, con un taparrabos y con un charco de sudor y lágrimas, el joven se resignaba a contemplar el cielo con su luna y los dioses de los astros.

[escrito 3/08/10]

martes, 19 de octubre de 2010




He had a lot to say.
He had a lot of nothing to say.
We'll miss him.
We'll miss him.

He had a lot to say.
He had a lot of nothing to say.
We'll miss him.
We're gonna miss him
We're gonna miss him

So long.
We wish you well.
You told us how you weren't afraid to die.
Well then, so long.

Don't cry.
Or feel too down.
Not all martyrs see divinity.
But at least you tried.

Standing above the crowd,
He had a voice that was strong and loud.
We'll miss him.
We'll miss him.

Ranting and pointing his finger
At everything but his heart.
We'll miss him.
We'll miss him.
We're gonna miss him.
We're gonna miss him.

No way to recall
What it was that you had said to me,
Like I care at all.

But you were so loud.
You sure could yell.
You took a stand on every little thing
And so loud.

"I'm too smart when you're invisible by the bone and the symbol on you. So he bashes his skull through the window while over looking the sea. Twilight amber ego. We were amused by this"

Standing above the crowd,
He had a voice that was strong and loud and I
Swallowed his facade cuz I'm so
Eager to identify with
Someone above the ground,
Someone who seemed to feel the same,
Someone prepared to lead the way, with
Someone who would die for me.

Will you? Will you now?
Would you die for me?
Don't you fuckin lie.

Don't you step out of line.
Don't you step out of line.
Don't you step out of line.
Don't you fuckin lie.

You've claimed all this time that you would die for me.
Why then are you so surprised when you hear your own
Eulogy?

He had a lot to say.
He had a lot of nothing to say.
He had a lot to say.
He had a lot of nothing to say.

Come down.
Get off your fuckin cross.
We need the fuckin space to nail the next fool martyr.

To ascend you must die.
You must be crucified
For our sins and our lies.
Goodbye!!!

viernes, 15 de octubre de 2010

Carta a quien desee un amor.



Amar no tendría que ser muchas cosas que son. Yo creo que en un mundo ideal, el que ama tendría que ver lo que le hace feliz al otro. Quizás lo más dificil de concretar en el amor mutuo es poder evitar que con los actos intrínsecos de uno, se lastime al otro.

Se debería poder acontecer junto a un ser amado sencillamente, de manera natural y casual, feliz y sin necesidad de forzar conductas propias, de manera limpia y honesta, sin cuestionar ni dudar de las acciones del otro. El acto en el amor es eso, un trueno devastador de sinceridad que deja ante el otro una sorpresa de desnudo, un acontecer incierto que en media noche que refresca y deslumbra, un orgasmo en una brisa y una braza mezclada entre un mezcal, abrazos y besos.... viajes... lunas... comidas y cenas... pasos desafiantes en medio de Maruata bajo la protección de algún dios primitivo... hacer el amor en la playa, con los ojos y con las manos, con los labios y las olas, con el picor de la arena, con un exhibicionismo astral, como un rito en homenaje a la existencia mutua de dos personas en un lugar, coincidiendo peculiarmente entre rebaños y mares de gente absurda y gris, consumiendo todo el pudor para volverlo energía creadora..... vida, sencillamente vida, por así decirlo. Pero en la vida no sólo hay amor, amor del que destella y deslumbra, a veces hay amores opacos (muchas veces en muchas, muchas vidas).

En el mundo ideal, que quizás no existe o dista mucho de este que acontece, el amar tendría que ser un proceso de unión, vinculación, entrega y libertad, todo fortuito en lo que pasa, en lo que se siente y se piensa. En ese lugar en el que existo yo, ajeno al que no existe y en el que acontecen mis instantes, vivo buscando amor del que no pasa, encontrando historias de semejantes que aman con euforia pero sin precaución, viendo cómo las palabras se desgañitan y contradicen, contemplando atardeceres eternos, ocasos que nunca acaban por el dolor y la pena, por la pasión y la culpa. Veo fugaces choques de personas que ahora mismo se dirigen a mi casa. Paso por rincones de mi infancia viendo que las cosas cambian de manera estrepitosa como el crujido de las ascuas. Veo la invasión de la vida en la vida misma. Veo el vino y recuerdo porvenires que se delimitan en mi imaginación errante. Errante y culposa suerte de desearme en otros lados, rosa y patética sobremesa de bombón y nostalgia. Siento asco y un poco de lujuria, pequeña perversión mixta acompañada de banalidades servida en una característica cotidianidad: violación sado-mazoquista. Imaginación de quien se desea vagando en la playa con un amor deseado, o peor aun, imaginando la perfección de la noche que acompaña un deseo fútil de efímera ternura para nada cercana al amor, para nada cercana a la realidad, que entre los dedos pasa, que se escurre y que delimita con su hervor al destello insípido de falsas estrellas en ese cuadro de estaticidad patética y constante.

Termina el acto de amor en un efímero recuerdo nunca concretado. No hay frustración sin dolor ni dolor sin condena, ni condena sin culpa o culpable de frivolidad. Que la muerte de los arcanos, entre llamas de todo el infinito y sin pavor de volver, recorran sutiles los pasos de quienes se emborrachan con este fuego amargo, con estas cenizas fermentadas....

El amor que acontece dista mucho de realidades imaginables, y vive sin deparo ni facha alguna, en este rincón de la peculiaridad imperfecta, en este pequeño vaso servido y medio vacío, aquí, en la esquina de la realidad con la idealización.