viernes, 29 de mayo de 2009

3 Libras - A Perfect Circle

No hay mucho que decir acerca de este video... es uno de mis favoritos de esa banda... Es clásica esta dedicatoria...




Threw you the obvious,
and you flew with it on your back
A name in your recollection,
down among a million same.

Difficult not to feel a little bit,
disappointed and passed over,
when I look right through
to see you naked, but oblivious;
and you don't see me...

But I threw you the obvious,
just to see if there's more
behind the eyes of a fallen angel,
eyes of a tragedy.

Here I am expecting just a little bit, too much from the wounded; but I see, see through it all, see through n' see you.

'Cause I threw you the obvious
to see what occurs
behind the eyes of a fallen angel,
eyes of a tragedy.

Oh well, oh well.
Apparently nothing.
Apparently nothing at all...

You don't, you don't, you don't see me. You don't, you don't, you don't see me. You don't, you don't, you don't see me. You don't, you don't, you don't see me. You don't see me, you don't. You don't, you don't see me at all.

martes, 26 de mayo de 2009

De la furia y la esperanza




El sol se apagará en los ojos de todos los mortales. Las sombras oscurecerán ese lapso interminable que son el día y la noche. Comenzarán a salir las estrellas entre nubes de un azul profundo. Las ciudades harán su vano intento de darle luz al universo, intento ridículo por ser opacadas ante el infinito brillo que representa el sol ante el mundo si lo vemos desde otra estrella. En esta noche, desde la tierra se podrán ver en el espacio lustrosos cuerpos que existirán, también como la tierra, en su vano intento de iluminar al vacío, solas, en su oscuridad de lejanía, siendo comidas por el interminable vacío que les rodea, representando desde aquí lo que realmente son: expresiones de la energía. Habrá comenzado la noche, y con ella esa evidencia: de nuevo veremos la lucha interminable por el espacio entre energía y el vacío, ambos luchando por existir en este presente. La densidad de energía ejecutada por esta sinfonía de luces, de gamas esporádicas, algún día terminará de manifestarse en esta escala que es la vida. Los astros serán absorbidos, eliminados. Así es el destino de toda estrella terminar siendo brillo o absorber brillo, estar en esporádicos constantes bastante opuestas, y venir de un origen incierto. La vida de las estrellas es de furia y esperanza por que así lo es en cualquier escala y nivel de vida.


La furia, que no es lo mismo que el odio, me permite agarrarme de un pasado interminablemente corto y comenzar a escribir historias. La furia no solo es de guerreros o tiranos, sacerdotes o comerciantes, todo en el humano es una expresión de furia como lo es para todo ser viviente. La furia es un claro signo de existencia, caracteriza a este espacio como algo que está presente. También permite que nos mantengamos agarrados lo que nos permite la existencia, aunque no siempre eso pudiera resistir el debacle tan histérico que es el flujo del tiempo sobre nosotros, estas cosas que existimos.


Tuvimos que tener mucha energía si quisimos agarrarnos a esto para no dejar que el tiempo nos lleve, y sin embargo, pareciera que ya no estamos unidos. Eso pasa cuando la furia genera la muerte de los vinculativos, es también cuando pueden generarse los actos de violencia. Un vinculativo es por definición, un agente que permite existan los consensos. El consenso es aplicado entonces de un vinculador a un vinculando cuando existe un vinculativo. Desde luego que no siempre el vinculando es el mismo que el vinculador. En mi caso particular, yo no soy el vinculando, suelo ser el vinculativo, particularmente en el amor. Uno puede sentir muchos vinculativos en el amor, y el amor se puede crear a partir de un solo vinculativo. La historia que se escribe en mi vida, por ejemplo, habla de un único vinculativo que no me permito encontrar, definir, o que no puedo terminar de entender. No entiendo este vinculativo porque pese a generar consenso, me impide la interacción con el vinculando. No obstante, he encontrado con profunda tristeza que este irónico vinculativo no me permite generar otros vinculativos en las circunstancias que me acontecen. Además de eso, este vinculativo tiene a un vinculando que creo ha desistido de aplicar vinculativos conmigo. Es patético que el vinculativo que tengo, ahora más fuerte, es uno que impide unirme con el vinculando, con ese ente que creo que me complementa. Eso me genera tristeza que a veces suelta neblina en el mundo que vivo. La tristeza es la consecuencia de los actos de violencia, y aunque la tristeza no siempre antecede de uno, siempre pasa que la violencia genera profundos sentimientos de furia y tristeza.


La muerte de las estrellas es siempre un proceso muy violento, por lo tanto, triste, y sin embargo genera esperanza. Siempre terminan indiscutiblemente como materia y materia, que como tal, quedan siempre así fundamentadas, desisten a desaparecer pese a que absorban o condensen, siempre generan alguna forma de brillo. La esperanza es ese resultado que queda después de haber procesado la tristeza por la muerte, en este caso, la muerte de las estrellas. Es ese paso de escala a escala en un mismo nivel la evidencia perfecta de que existe el flujo del tiempo, es lo que en nuestra mente nos permite aseverar que podemos leer a los astros si creemos que las estrellas existen. Tambien es creer que podemos tener esa vana certeza que nos da el goce de nuestra existencia. La misma muerte de las estrellas nos permite encontrar en el espacio una respuesta de que nosotros tambien existiremos en otra escala cuando moramos, y que esta vida, es un regalo que nos ha dado el tiempo para poder cambiar de escala energética en algun momento, para seguir el camino de la vida, que es solamente vivir de manera indefinida en distintas escalas de un mismo nivel.


En esta vida, estoy dispuesto a sacrificar lo más sagrado para mi, porque ese es el verdadero acto de amor, y sin embargo, creo que hacerlo no es necesario. Me basta con saber que tengo la disposición de hacerlo. Lo más sagrado para mi es la vida, pero la vida no puede ser sacrificada por ser infinita. Es entonces, que lo que sigue después en mi lista de objetos sacrificables es el amor mismo. Sacrificar el amor es el verdadero y más puro acto de amor que puede generar un hombre, al menos a uno al que el amor le parece lo más sagrado. A veces me da la impresión de que eso es lo que me han ofrendado y no lo he entendido, creo que están sacrificando el amor que me tienen como una ofrenda a mi vida, y es profundamente doloroso ver como algo que quieres vivo en tu plano, está pasando a otra escala diferente al tuya. Al final, como las estrellas, si este amor muere o es sacrificado, habrá una profundísima tristeza, y después de eso habrá una promesa de esperanza, ya que la muerte no quita vida. Es amor verdaderamente eterno si es amor que ha vivido, y es por eso que se integrará con lo otro pese a no esté en mi misma escala: nuestro plano. Se que si este amor, que creo me sacrifican, no brilla después de su muerte, al menos servirá como una fabrica de materia sentimental que habrá permeado mi vida entera, un hoyo negro en mi alma, un luto que absolverá otro amor para comprimirlo y jamás dejar que salga de nuevo. Es de alli el poder de la esperanza.


La esperanza se caracteriza por generarnos una certeza que se vuelve fe. La fe, es algo que permite el movimiento de mi alma porque me permite explicar de manera subjetiva cosas que no necesitan una explicación pero que perturban mi ego. No hay verdad en la fe o la esperanza, hay lo que uno quiera creer y se permita aceptar. Como lo he dicho antes, el amor es un acto de fe, y es en este acto que los acontecimientos más importantes y trascendentes en mi vida han sucedido. La iluminación, el acto en el que vives una certidumbre entre lo que sientes, piensas y haces, es el acto que más esperanza y fe conlleva. Es fe, porque lo único que no puedes afirmar es que sea valido para otros, pero en todo lo demás, tienes una certeza. Quizás a mi me ha hecho falta el acto de iluminación en el amor, que en mi experiencia, se ha vuelto una sombra lejana y deseada, un anhelo platónico...

miércoles, 20 de mayo de 2009

La duda y el misterio



¿Qué es la duda? Muchas cosas. La duda dice mucho de lo que uno puede esperar, dice verdades y mentiras, dice dolores y decepciones. También te muestra panoramas, alimenta inseguridades, y si dejas que te consuma carcome todo y te deja sin nada. Puede funcionar como una medida, como una forma de ver la certeza de la gente, puede funcionar como un espejo, como mecanismo de identidad si hay una duda en común.

Dudas, muchas dudas han crecido como hierva mala en esta planta, que ya de por si, tenía facha de hierva mala (por lo corriente... ja...). Pero a diferencia de ti, esta yerba mala que ha crecido a tu al rededor es non grata, y sin embargo, evidente. Tu yo evidenciamos cosas distintas, distintas formas de lazos, distintos miedos y distintas tintas en nuestros escritos, en nuestros libros de la vida. Sin embargo, somos esa casa de espejos deformados que nos saben a chiste o pesadilla, sueño o demencia, a bendición y nunca a maldición. Burlas y burlas de destinos que nos arremeten a pensar que lo que vivimos ya lo hemos vivido fuera de estas vidas, pulsos que nos demuestran que lo que sentimos ya había pasado. Un instinto en nuestro corazón que hace latir esto que pasa.

Certeza. La palabra que me falta en el vocabulario común. A la falta de certeza no la llamaría duda, la llamaría estupidez común. Y si, no es por falta de autoestima o autoflagelación, pero he pecado de estupidez. Divine me mataría por haber cometido estupidez, por ese delito, por dicha pena máxima; el gordo travestido me humillaría con su patética concepción de justicia y luego me quemaría en un árbol, amarrado y lamentando mi existencia. Yo no soy tan inquisitivo (bueno, quizás un poco, pero no como Divine), creo que la estupidez se cura con conciencia. Así me enamoró el Disidente Romántico, haciéndome sentir seguro de lo que él sentía. Tengo que reconocer que no es grato saberlo y que quizás sea mala idea publicarlo en este blog, pero a diferencia del amor que le tengo/tuve al Disidente romántico, lo que siento ahora excede hasta mis expectativas. Y es mejor así, así me permite tomar decisiones y dejar a un lado las cosas marchitas que de alguna forma me estorbaban en la vida.

De nuevo ha habido un cambio, pero no es tan drástico. Yo seguiré mi rutina, pero ahora, tengo la certeza de que mi soledad es relativa. Dejaré a un lado esa estupidez que he tenido al dudar y dejaré de volar. No se necesita ya. Me queda claro que esto no es algo que esté en nuestras manos, como alguna vez te lo dije. La certeza está en que ni tú ni yo lo controlamos. Así es. La diferencia está en que a mi me costó trabajo descubrirlo y tu lo supiste siempre. Mucho dolor, diría yo, mucho penar, y muchas de esas emociones que le cuestan a uno cuando carece de experiencia. Esa es también la diferencia, al menos en la expresión de eso.

Dolor y placer. A veces uno, a veces otro, pero nunca uno y otro de manera constante. Por más miserable que sea tu vida, no siempre estás recibiendo dolor o placer. Reducir eso a dos cosas, es como asumir que todo siempre te lleva a la consecuencia del bien y el mal que tanto refutas. Hay una gama, hay una gama que siempre lleva a una dirección, pero no siempre llega al punto final de la escala, sea el dolor, o sea el placer. La duda, por ejemplo, puede ser dolorosa y placentera. Es quizás cuando se vuelve morbo que adquiere esa cualidad ambivalente, y sin embargo, podemos afirmar que nunca es lo mismo. El misterio es otra de esas cosas ambivalentes que te hacen sentir una mezcla de dolor y placer. Si que hay diferencias entre el misterio y la duda. La duda no puede ser misterio, y el misterio si puede ser duda, cuando dudas de la misma. Cuando uno no sabe del por qué duda, es más un impulso de la inseguridad o un miedo que duda.

Los misterios son más sutiles que las dudas. Es un misterio mi amor por ti, por ejemplo. Ese es un misterio porque solo a mi me consta y porque sólo a mi me concierne. Tú nunca tendrás certeza de lo que siento como yo nunca la tendré de lo que tú sientes. Eso pasa porque somos dos universos diferentes y venimos de dos concepciones ajenas de lo que es el amor. Podría extenderlo al lenguaje que nos rodea, y que además limita nuestra capacidad de comunicar esta clase de cosas. Otro misterio, por ejemplo, es el misterio del lenguaje. Es casi tan paradójico como el concebir la comunicación através de él. El lenguaje, es únicamente una manera de acotar apropiaciones sutiles de ideas que no comprendemos. Pero es justo esa sutileza que le da poder al lenguaje. Su riqueza no radica en la veracidad de sus significantes, si no el uso que se le da a los mismos para generar formas que permiten la vinculación con lo otro. Los misterios de la lengua yacen suscritos en el alma de la lengua, en los sentimientos que plasmamos a las palabras. Sus mecanismos de funcionamiento son el espíritu. La parte corpórea es lo que escribe el humano en dicho lenguaje. Es así, que hay tantos lenguajes como personas, y hay palabras como variaciones en las letras. Todo, un engranaje sostenido en el vacío, en la nada, en el espacio, así como nosotros o el mundo, que somos una pequeña intersección entre la energía que existe y el vacío. Fuera de eso, el porqué de la existencia de todo, tu puedes creer lo que quieras, tu lo construyes y es igual de válido e igual de verás como lo es para un sacerdote, o un chaman, o un mago, o un escéptico. El por qué de ese pequeño misterio que no es general porque no existe una realidad. Quisiera creer que los misterios de la vida son esas cosas que son válidas bajo cualquier explicación y nunca encontrarán generales. El encontrar formas de consensuar dichos misterios les quita su esencia, y el vivirlos genera más misterios. Una duda surge cuando tratamos de matar a un misterio, cuando no nos es suficiente encontrarle una estructura. Dudas que nacen por nuestra falta de humildad para asumir que está bien no tener la razón, que está bien creer en algo que nos guste, que nos genere satisfacción y que no necesariamente sea verdad.

La realidad, es otro tema.

domingo, 17 de mayo de 2009

Del acto de pensarte y no sentirte

I

El día de hoy, es un día catártico por ser un aniversario de mi luto, de mis cadenas, de mi felicidad y de esas escenas magicas de diciembre. Sólo quiero liberarlas y liberarme. Sólo quiero dejar de estar en la parte oscura de mi alma, refugiado del dolor que da vivir todo el tiempo... Hay respiros y me genero la ilusión de que independientemente de lo que la vida me refuta la realidad, las cosas siempre valen la pena, al menos al final. Cómo hace tiempo no lo hacía, hoy recuerdo con nostalgia y amargura los anhelos de mi vida pasada. Encuentro que en mi camino he cambiado infinidad de direcciones. Dejé de trazar la ruta para mi destino y sin quererlo, he construido el camino hacia mi hacer, pensar y sentir.

II


Recuerdos y recuerdos. Un acto tras otro y una vida repleta de otredades que determinan y delimitan misteriosamente al alma y al espíritu, así sin más, como la división efímera entre las nubes y el aire, ente los astros y el espacio, entre la nada y el algo. Efímera y patética entrañable circunstancia que me permite la vida, que es la vida, que es el sueño de encontrarse adormilado en un mundo pestilente y a la vez hermoso. Vivir sin deseos de soledad y acompañado de la desolación que da el encontrarse viviendo así sin más. Deseos y deseos. No decir nada entre frases moribundas que sólo confunden a los lectores, no concebir nada entre las palabras y sílabas que conforman un escrito. Y sin embargo, permitir que entre ellas cada quien entienda lo que quiere y lo que lo vea cómo sea su voluntad. La poesía hace eso, logrando además que lo que el escritor siente, sea transmitido por esa efímera y división entre el sin sentido y el acto estético. Esa es la misma división entre las nubes y el aire, los astros y el espacio, la nada y el algo.

El amor, esa ancla que mantiene a mi existencia, se conforma principalmente de deseos, y en mis actos, los deseos son motor para la resistencia, la disidencia, mi terquedad y mis sueños. Más anhelos y remembranzas viven de un mundo futuro que no existe, en una profecía incumplida, en una magia vuelta chantaje. Mis anhelos viven desvirtuados y arrinconados en un montón de frustraciones. Y yo, fanático de inquisitar y de usar palabras nuevas, me reuso a huir de todo, y con los pantalones bien puestos, aunque bofos y guangos, me decido a usar también al amor como remo para avanzar contra el río. ¿Mi balsa? La vida que me atribuyó de manera negligente y sin humildad este destino, la vida que le arranco a lo otro para fundamentarme y ser lo que ahora soy. Lo que soy.

Amor. Amor. Amor y cansancio. Amor e ilusiones, soñar despierto y vivir de sueños, vivir volando... Luego, agitar mi cabeza para no seguir imaginando circunstancias o personas que pueden lastimarme más si lo sigo haciendo. Voltear en esa onírica calluela que tanto me recuerda mi casa de Coyoacán y mi mundo deseado, mi mundo alcanzado y el estatus que me sabe a mediocridad estridente. Caminando por esos lares se generan constructos y escenas que no pasarán, deja-vus de otras realidades que se manifiestan en mi mente que te busca en los coches plateados que pasan, en las colas de caballo chinas que veo en la calle, en las bermudas, en las sonrisas, en las miradas. En todo te busco pero no te encuentro. Y ya, sin más que desearte, me hago chiquito y me doy cuenta que no es recíproco, que no es leal, que no funciona así. Me da coraje, me hace sentir mal, y me dan ganas de mandarte a la chingada. Pero no. Ese estúpido remo-ancla, me impide dejar de tenerte fe, dejar de deificarte. Hay algo que me impide cortarte de tajo, hay algo que me impide seguir mi vida sin ti, sin anhelos y con algo nuevo. No se, es un sentimiento, la sola idea de alejarte (mas) de mi vida me hace sentir (mas) miserable y desconsolado.

III


Perdón. Es mucho de lo que sabes decir y se aceptar. Es mucho de lo que pedimos los humanos cuando no sabemos que hacer, cuando nos sentimos acorralados para solucionar algo que no podemos. Es una manera de pedir una justa consideración que nos limpia de cualquier responsabilidad conciente, de acto, de afecto, de fe. Es un regalo que se le pide al otro para no cambiar estatus, para poder seguir, para poder evadir o superar. Perdonar es diferente a pedir perdón. Pedir perdón es quizás por mucho, más sencillo que perdonar. Cuando amas, el dar perdón (perdonar), es un acto de entrega. Entregas en cada perdón un poco más de lo que haz podido dar a otro. Es pisotear tus sentimientos y hacerlos a un lado para decir "si, no hay pedo, está chido", y en el fondo, sin que sepas como, ya acribillaste a algunas pasiones que tenías que soltar, que tenías que gritar, que tenías que exigir. Y eso pasa, porque el amor se vuelve un San Miguel, un arcángel que mata a demonios y que defiende tu divinidad, tu estúpida figura deificada. También entra al mecanismo la parte lógica. Te da la ligera impresión que el origen de dichas pasiones asesinadas provienen de pensamientos infundados. No importa que el pensamiento que desvirtuad a otros pensamientos sea también infundado. Estando frente a ti, y tu acto de pedir perdón, lo que se siente no es otra cosa más que una desesperada angustia por dejar de ver tu arrepentimiento. Se siente algo feo, se siente mal saber que te sientes mal y por eso inmediatamente se perdona al ser amado.

IV


La crueldad es algo imperdonable. No es que le quite al humano su humanidad, de hecho, la crueldad fundamenta la humanidad del humano. No por eso se puede perdonar. La crueldad es un sentimiento que pudiera ser circunstancial. El destino que nos une (unió), por ejemplo, es un destino cruel. Nuestras acciones (las mías al menos) no fueron lo suficientemente crueles para quitarle crueldad al ese patético destino. Y ahora, que no se dónde estamos y que somos, ni por qué nos hemos conocido, me doy cuenta de que no hay otra cosa más que crueldad en este destino nuestro y en los actos que hemos permitido. Y ahora, el juez que vive en mi, me permite decir estas aseveraciones sin importancia:

Cruel tu, al saber de mi amor y no hacer nada. Cruel yo, al seguir lastimándome con ideas estúpidas de un futuro que no pasará. Cruel tu, por dejarme al aire tanto tiempo, por dejarme varado entre mes y meses que solemos vemos. Cruel yo, por esperarte tanto y seguir deseándote generándome ilusiones. Cruel tu y yo, por Casiope. Cruel Casiope por no luchar en este mundo de mierda. Cruel el destino por intersecarnos en ese momento tan fantástico, y más cruel, por permitir que pudiéramos compartir más cosas. Crueles yo y tu, por seguir tomado decisiones que nos harían sentir dañados, que me harían sentir dañado. Cruel el acto que me ha generado el seguir escribiéndote. Cruel, saber que no leerás esto en mucho tiempo, y más cruel, que quizás cuando lo leas, nada de lo que diga aplique ya, al menos no en el mismo contexto o forma.

Luego, después de juzgar y llamarnos pequeños tiranos, me siento bien, y a la vez cabizbajo. Se que no merecemos esos juicios, se que en el fondo, ninguno de los dos quiso eso, pero mi poca firmeza, me sirve para reconocer que ASÍ HA sido. Yo estoy profundamente lastimado y no me duele reconocerlo. La herida, la llaga, la sangre, ahora las veo como un sacrificio de mi ser por todo lo que hay a mi alrededor. Quiero dejar de ser mártir, y ahora, expongo esta herida como un acto de ofrecimiento al otro. Y será quizás con eso, con lo que al final me aferre más a la vida...

Al final, hubo algo que escribí recientemente en el Realiti Chow que va muy ad hoc con esto:

"Al amor lo podemos entender como la disposición de sacrificio hacia algo/alguien."

sábado, 2 de mayo de 2009

CRISIS CREATIVA

NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA, NADA.

Todo en mi cabeza es apatía. Malditas vacaciones forzadas... no, la pandemia mediática no tiene la culpa. Es sólo que ando un poco estancado...