sábado, 17 de enero de 2009

Amores escatológicos...





Fluye en mis venas la creación, vive en mí todo el vacío de la existencia. Al menos por este momento, los sentimientos se vuelven pasiones exageradamente nostálgicas. Y más que inmundicias, estas pasiones se han vuelto mundanas o artificiosas para mi conciencia, se han vuelto herramientas que le permiten construir a mi espíritu una comunicación con mi alma: nuestras almas. Todo ahora es creativo y claro: tus besos no me dejaron un sabor en la boca, lo tatuaron. Inyectaron en mis pensamientos y en mis venas la idea de que no ha existido mejor momento en mi vida, y que después de esto, quién sabe de que manera pueda besar a alguien más, quien sabe que tanto me arda no hacerlo contigo. De ahora en adelante tendré que engañarme al besarte por medio de otras personas.

Y esto ha sido un ardor como el que existe en mi ser por tu presencia, un significante de estar vivo, un acto que activó esos impulsos que nacen de quien cree que no está muerto, del que se ilusiona, del que súbitamente dejó de sentirse desolado para verse emparentado con el mundo.

Pasas y arde, te vas y nos duele; pasas y vuelo, sales y trato de alcanzarte pero no puedo. Muerdo el polvo cuando caigo y lo disfruta tanto mi mente retorcida, que ahora puedo morder la mierda que pisas tan solo por el hecho de estar en una de tus pisadas. Muerdo y muerdo la mierda que pisas, que decides, que asumes, que asumo, que creamos de manera separada, que volvemos semillas y regamos todo el tiempo con aprecio para luego arrancarlas como feto germinado, la abortamos y la comemos brutalmente. A esta mierda la matamos un poco mas cada vez que nos despedimos, la castramos cada vez que acordamos dejar de vernos. A esta hermosa y escultórica mierda la queremos, aunque duela.

No te culpo, es esa pasión desquiciante de negar lo que no deja de nacer entre nosotros dos cada vez que nos volvemos a ver, cada vez que nos imaginamos y sentimos desde afuera mirando para adentro. Ingenuamente, creemos no poder soportarlo por la infamia que representa, pero ahora es lo único que nos une, la igualdad en esa toma de decisiones, la igualdad en la identidad que somos, vernos sin importar lo que pasa o pasará; nos drogábamos mutuamente y no nos importaba nada más. Buscamos en este frente estimular esas sensaciones para platonizar nuestro amor, nuestro ideal, nuestro pensamiento "casi idéntico", aunque en el fondo pese a creerlo o no, sabemos que sólo somos dos humanos solos en este mundo gigantesco. Tan sólo buscamos no sentirnos tan ajenos. El sentirnos junto a alguien y con alguien nos da pavor, me da pavor y por eso mastico fervientemente tu mierda.

¿Y tú? Tu solo corres creyendo ingenuamente que podré dejar de hacer esto, que podré dejar de pensar súbitamente en ti, que podré controlarlo, que podremos controlar algo de esto cuando desde el principio todo estuvo fuera de nuestro control. Tu solito te engañas porque te da pavor enloquecer con alguien, te da pavor esa sensación de compromiso asumido con alguien mas que sabes que puedes más que amar, nos da pavor y te da miedo herir a quien amas, pero con eso te lastimas tu solito: te haz vuelto todo un mártir de tus circunstancias fuera de control, nos hemos vuelto mártires, nos hemos vuelto de nuevo mártires de nuestro destino. Hemos repetido lo que cada vida y día repetimos, la hemos vuelto a cagar. Hemos vuelto a desperdiciar este lazo único que teníamos en una fantochada fanática, en un acto patético de despreciable significancia. Seguimos siendo lo mismo, y no me importa, puedo morder toda esa mierda con tal de saber que existes.

Esto es una manera bizarra de vivir este instante que llamamos vida, que llamamos accidente o institución peculiar, revolución o disidencia. Y no está mal reconocer que daña un poco, como el daño que puede existir en hacer el amor, en entregarse. Es el daño que da la vida al crecer, el que quita todas las ilusiones de un niño y las vuelve orgasmos espirituales, es lo sacro, lo que de alguna forma, a través del dolor, hace sentir en paz. Es nuestro lado más bizarro. Y existe porque así queremos, porque al final de todo, no somos tan perfectos como querríamos, porque la realidad no tiene que ser siempre bonita, "buena" o "mala", porque vivimos en un mundo en que las cosas, por más que queramos negarlas, se sienten, y mucho.

No hay comentarios.: